Conversando con varias personas estos días,
hablando del panorama mundial, desde la pandemia, la información que circula
por el internet, la tv, etc. El racismo, la violencia contra la mujer y la
comunidad lgtbi nos hemos dado cuenta que las personas están sintiendo
realmente las cosas, ya sea por el obligado PARE que nos ha dado el planeta o
por tanto odio dando vueltas y no poder mirar al costado para no horrorizarte
ya que la mayoría se encuentra inmovilizado. A esto sumémosle el encierro, ya
más de 2 meses guardados. Las cosas cambian. Ya con solo 40 días, se dice que
un habito se crea o se pierde. Hemos llegado a un punto en que ya pasamos más
tiempo dentro de nuestra mente que afuera, el mundo real. El tener que replantearnos
la economía, salud pública, trae preguntas que antes nunca se nos hubieran
ocurrido a la mayoría. Y entonces llega el cambio, si hay algo que me he dado
cuenta que le encanta al ser humano es la sorpresa, le encanta lo diferente,
ama la rutina pero le gusta más tener una cronograma variado. Este momento de
la historia me hace pensar en la vaca morada que tanto se busca crear en el
marketing. Estamos yendo por todo lo nuevo a toda costa, contra todo pronóstico.
Estamos aprendiendo a que si podemos cambiar de camino, que reinventarse
siempre va ser necesario y que la vida va más allá de comer, dormir, tirar, y
simplemente suplir nuestros deseos biológicos. Nos dimos cuenta que podemos disfrutar
de diferentes sensaciones, que el contacto físico es importante pero al mismo
tiempo no que, hay distancias relativas. Relaciones profundas que son tan
necesarias para sentir. Que es lo que creo que nos está pasando. Estamos
sintiendo todos, nos está tocando a todos. Desde el calentamiento global, hasta
el racismo. Por primera vez podemos tocarnos a la distancia conectados gracias
a la tecnología. Y por primera vez ya no son solo unas cuantas minorías sino la
mayoría que busca reorganizarse. Incluido el mismo planeta tierra con todos sus
seres vivos, ecosistemas trabajando en armonía
para ir un poco más allá. Igual extraño y ahora valoro mucho más esos pequeños
detalles como sentir el viento en mi cara, caminar para llegar a ver el sunset,
tomar un café sola y ver a la gente estar, siendo ellos. Me hace falta ver a
los humanos ser como son pero afuera, nunca antes nadie nos cuestionó lo que
significa poder caminar libre cuando quieres. Nos olvidamos muy rápido de
nuestra historia, de dónde venimos que todo el caos que hemos tenido siempre ha
servido para llevarnos a un mejor lugar. Espero pronto que podamos vernos
festejar, celebrar, tener esas juergas de las que terminas llorando de
felicidad, arrastrándote y vomitado diciéndoles a tus amigos cuanto los amas. Me
gusta la tecnología y el mundo virtual pero también me gusta mucho el mundo “real”.
Equilibrio para disfrutar.
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